LOLITA

A pesar de todas sus afecciones Lolita no dejó ni un instante de ser cariñosa, ni de expresar sus ganas de vivir. Eso nos deja un sabor amargo, y una congoja en el pecho por no haber podido darle lo que con su miradita suplicante constantemente nos reclamaba. Nos aferraremos al consuelo de haberle hecho conocer en sus últimos días, el cariño que durante sus escasos años de vida no tuvo.
Gracias a todos aquellos que siguieron el caso y nos apoyaron con palabras de aliento y todo tipo de ayuda. Deseo para todos fortaleza y luz, por todos aquellos que aún nos quedan por salvar!