ELA

ELA Eras nuestra loquilla personal, al llegar al refugio siempre ponías tus grandes patas encima nuestra para que te dieramos cariño y nos abrazabas sin darte cuenta de lo grande que eras. Siempre bobalicona y alegre andurreando por ahí, pidiendonos mimos, y jugando. Nosotros intentamos día tras día hacerte felíz como podiamos, pero cuando casi, casi rozaste la autentica felicidad, el calor de un hogar, una familia que te acogería para darte todo su amor, cuando ya lo tenías en la punta de esas grandes patas, te fuiste, de un día para otro, dejandonos a todos en shock. Esperamos que allá dónde estés seas feliz, y estés en paz. Hasta siempre Ela.