Cómo el pequeño Terrier español PICO entró en nuestro hogar.

16-11-14

Esta historia es una vivencia de una de nuestras adoptantes en Alemania, que nos cuenta cómo fue su experiencia al adoptar a nuestro pequeño Argo (ahora Pico) Citamos textualmente:

Pico entró en nuestra famimia cuando nuestra perrita Husky Patty-Lee murió en enero de 2013 con 17 años de edad. Nos quedamos muy tristes, ella nos perdió, y nosotros a ella, y pensamos muy amenudo que escuchamos su ladrido tan es pecial, o que la vemos a lo lejos cuando vemos un perro blanco y negro con la estatura de Patty-Lee.
Patty-Lee era una perra muy especial, por su máscara blanca y negra que tenía en la cara, esa inconfundible máscara de Husky. Patty-Lee nos acompañó siempre durante nuestras visitas a las residencia de ancianos de Frankfurt y la mayoría de los residentes se quedaban impresionados con ella. Patty-Lee distrutaba mucho de las caricias, palmaditas y por su puesto golosinas que le daban, y que la hizo ponerse algo gordita. Y aun hoy en día me preguntan mucho por ella. 
Creemos que el pequeño terrier Argo (ahora Pico) es un excelente y digno sucesor de Patty-Lee. Una amiga me habló sobre el sitio web de la Asociación Ladridos Vagabundos y me contó la historia del pequeño perro de pelo color arena que tan solo tenía 7 meses en Octubre de 2012 y que estaba en un pequeño refugio en un pueblo de Andalucía. Él luchó por su supervivencia, buscando cualquier cosa que fuera comestible, fue perseguido, golpeado y pateado para que se fuera de donde intentaba buscar refugio. Yolanda y Ana, unas amantes de los animales de allí, mientras paseaban a sus perros lo encontraron junto con un grupo de perros callejeros, él era el más pequeño y el más débil. Lo alimentaron regularmente y venció poco a poco su miedo a las personas, y dejó que le dieran su cariño. Las noches de octubre ya eran muy frías y amargas para el pobre Argo. Así que Yolanda, lo acogió en su hogar e intentaron buscar alguien que quisiera adoptarlo por su cuenta, sin mucha suerte. Así que Yolanda buscó ayuda, y encontró a nuestra asociación. Así que Argo fue publicado en la web de Ladridos Vagabundos y mi amiga Angela pudo ver sus fotos, leer su historia, y mostrarmelo a mí.

Argo está desde el 14 de Abril de 2013 con nosotros en Hessen y aquí se convirtió en Pico, un nombre elegido por nuestra nieta. Al principio tuvo alguna rivalidad con nuestra perra ya más mayor Mia. Ha podido superar su carácter típico de Terrier y en la actualidad ignora a los gatos. Debo confesar que Pico, al llegar, tuvo algunos malos habitos. Después de 20 horas de formación individual, ahora escucha nuestras ordenes, ya no caza ni rompe. Ladraba mucho, cada vez que escuchaba un ruido empezaba a ladrar y a ladrar. Pero ahora utilizamos constantemente una "Rappelflasche" y cuando Pico escucha el ruido no le gusta nada y prefiere no ladrar. 

A Pico también me lo llevo a la residencia de ancianos y aquí es la estrella, el ayuda a la recuperación de mujeres con demencia y Alzheimer y él sabe muy bien de cuales residentes puede conseguir sus abrazos y sus besos. Y si tambiés le lanzan una pelota, es el septimo cielo perruno para él. Además, una vez Pico atraviesa el pasillo de la residencia, Pico extiende la felicidad. Cada una de las mujeres que sufren demencia lo quieren abrazar y achucharlo. En la residencia, Pico tiene muchos nombres: El húsar rojo, tesorito, bobby y muchos mas. Para una mujer de edad muy avanzada, cuyo Pekinés murió hace 8 años, Pico es su difunto perrito Murphy. Una de las residentes de 86 años, me dijo una vez: "Tener aquí a Pico es como la navidad ¿No podría quedarse aquí para siempre? ¿No podría ser siempre Navidad?"